Un joven pintor va de puerta en puerta para vender sus pinturas. El inquilino de un apartamento lo invita a entrar. Todo oscila muy rápidamente, se tocan y se desnudan. Se masturban de pie, el inquilino empuja su lengua sobre la raya del culo del joven pintor y lo lame luego él lo lleva en su habitación. Sus cuerpos se entremezclan antes de que el inquilino deslice un preservativo sobre la polla de su compañero, chupándole al mismo tiempo. Después él agarra la polla del artista y se penetra el ano. Miramos a los dos protagonistas a través de un espejo grande. El inquilino se acuesta y el joven pintor, entre las nalgas apartadas le hace una buena mamada antes de sodomizarlo en una posición clásica. El inquilino vuelve a mamar su amante. El joven pintor, arrodillado, se corre a chorros sobre el torso del inquilino. El último se corre también, limpiando la polla del joven pintor aún jugosa
